Los expertos dicen que sí: el cepillado es excelente para el pelo y el cuero cabelludo. De acuerdo con información de Svenson, los conocidos centros de cuidado capilar, de este hábito depende, en gran medida la salud y brillo del pelo: “Con el cepillado diario no sólo se consigue ‘domarlo’ y darle forma, sino que también se activa la circulación sanguínea y se elimina restos de suciedad.”
Laura Superbi, estilista de la cadena Jean Louis David, coincide y escribe en su blog que: “Para darle brillo, salud y mantenerlo desenredado” hay que hacerlo “dos veces al día”. Eso sí: Todos coinciden en algo, el cepillado sólo es útil cuando se hace de manera adecuada.
LA FORMA CORRECTA
“La regla número uno es jamás cepillar el pelo mojado”, dice Laura Superbi. La experta aconseja que si realmente lo necesitas, al salir de la regadera desenreda el pelo usando sólo tus dedos. Ahora, que si está muy enredado y no puedes esperar a que esté seco, entonces desenrédalo con un peine de dientes anchos, pero hazlo con mucho –muchísimo– cuidado, sobre todo evitando los tirones.
Tanto Superbi, como el centro Svenson recomiendan la misma técnica de cepillado: Si tienes el pelo seco, comienza por las puntas, trabajándolo poco a poco y de forma ascendente hasta llegar a la raíz. Después, agáchate y, con la cabeza colgando, cepilla de la raíz hacia abajo. Si tienes el pelo muy rizado o rebelde, primero desenrédalo con los dedos para luego cepillarlo con un peine de dientes anchos. Termina masajeando con tus dedos el cuero cabelludo. Tanto el cepillado como el masaje deben hacerse de manera delicada.
NADA EN EXCESO
¿Y qué tan cierto es esa creencia de que debemos cepillarlo 100 veces antes de dormir? Pues el tricólogo inglés Philip Kingsley, conocido como el “el gurú del pelo”, pone este ejemplo: “Imagina qué pasaría si tallaras 100 veces al día tu suéter favorito”. Lo mismo pasa con tu pelo: “El exceso de cepillado puede provocar problemas como pelo quebradizo, puntas rotas y cuero cabelludo irritado.” Lo ideal es cepillar delicadamente entre cinco o seis veces por semana.
LO MÁS IMPORTANTE: UN BUEN CEPILLO
Después de consultar con nuestras fuentes, todas coinciden en que los cepillos de cerdas naturales son los más adecuados (estamos hablando sólo de cepillado, no de peinado o alaciado); y de éstos, los de pelo de jabalí son los mejores. Absorben el exceso de grasa y distribuyen los aceites naturales a lo largo del pelo dando un brillo natural. También masajean el cuero cabelludo. Los de plástico definitivamente no son recomendables. Rompen el pelo y producen estática. ¿Los de metal? Olvídalos, son demasiado rudos. En el caso del pelo muy rizado que se cepilla con peine de dientes anchos, la opción al plástico son los de madera o mejor aún de bambú.