Desde hace varios años, las grasas han sido muy criticadas e incluso limitadas dentro de la dieta, asegurándonos que eran una de las principales causas del aumento de peso y por consiguiente, culpables de los crecientes índices de obesidad a nivel mundial; hoy en día, ya sabemos que no todas las grasas son iguales, algunas de ellas indispensables para una buena salud y que los verdaderos culpables son el sedentarismo y el consumo excesivo de azúcares.
¿Qué son las grasas trans?
Si nos ponemos a hablar químicamente, podemos ver a las grasas como “cadenas de moléculas”; mientras más larga sea la cadena, como los Omegas 3, 6 y 9 más beneficios aportan a nuestro organismo como reducir la inflamación celular y mejorar la memoria; sin embargo existen otras grasas de cadena muy corta, que son las que hacen que nuestra sangre se vuelva espesa además de pegarse a las paredes de los vasos sanguíneos tapándolos y causando trombos o infartos; a estas grasas les llamamos grasas trans.
Grasas ceeeero naturales
Estas grasas no existen en la naturaleza, pero las encuentras principalmente en alimentos que pasan por cierto proceso químico que daña su composición como la hidrogenización, en la cual las grasas líquidas se transforman en sólidas.
Ejemplos de esto son la margarina o los pastelillos, papitas o galletas empaquetadas, que pasan semanas en los anaqueles de las tiendas y a las cuales no se les escurre nunca el aceite a diferencia de un pan o polvorón que compras en la panadería o que preparas en casa y que se reseca al pasar de los días. Estas grasas también aparecen al calentar mucho un aceite de cocina o reutilizarlo.
Sus efectos en nuestro cuerpo
El alto consumo de grasas trans puede causarte otras enfermedades cardiovasculares como várices, hipertensión arterial o duplicar el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer y diabetes.
Tips para disminuir tu consumo de Grasas Trans
- Aprende a leer etiquetas de los alimentos comerciales. Evita lo que en sus ingredientes diga “hidrogenado”.
- Trata de comer lo más natural posible. A veces es mejor comer las “papitas” o “pecados” donde puedes ver la grasas en sus ingredientes.
- Evita los restaurantes de comida rápida o guárdalos para los momentos de “emergencia”.
- Nunca reutilices el aceite de cocina y evita las “fritangas”.